Persiana Americana blog

lunes, julio 24, 2006

Vinos Orgánicos y Vinos Biodinámicos

Viñedo Los Robles / Viña Emiliana / Valle de Colchagua
Para el bebedor de a pie, lo fundamental es diferenciar un Vino Orgánico de uno Biodinámico. El primero se elabora según las leyes de la agricultura ecológica, que prohíbe los tratamientos con productos de síntesis. Sus tierras se abonan con estiércol natural y se plantan hierbas entre las hileras de viña para que den humedad y mantengan el equilibrio orgánico del suelo. No admiten el uso de pesticidas, aunque sí que el viñedo se pulverice con soluciones diluidas de hidróxido cúprico, aunque algunos viticultores protegen el viñedo con extractos de plantas naturales.
La agricultura biodinámica exige el seguimiento de una filosofía más compleja. El método se basa en las teorías del austriaco Rudolf Steiner quien, en 1920, planteó las bases de una explotación de la naturaleza, en la que prevalece la armonía entre el mundo animal, el vegetal y el mineral. Steiner afirmaba que los planetas influyen sobre el desarrollo del viñedo y por ello se tiene en cuenta el calendario lunar para cada intervención vinícola y enológica. Es un método complejo. El uso de maquinaria está vedado, ya que el paso continuado de vehículos pesados hace que el suelo se endurezca, lo que impide que el terruño respire. La vendimia debe ser manual y el arado del suelo y la recolección de la fruta sólo pueden realizarse con tracción animal (¡el burro reivindicado!). Además, sugieren que en otoño se trabaje la tierra con compost de abono animal para dinamizar los suelos. En primavera, el viñedo se tratará con un preparado insólito: un cuerno de vaca vaciado de su cartílago y relleno de excremento animal, dinamizado en agua tibia. En cuanto a la bodega, se usa el azufre en dosis mínimas, la corrección de acidez y el añadido de ácido sórbico quedan descartados, las únicas levaduras permitidas son las que están presentes en la uva y se recomienda el filtrado de los vinos. Hay que decir que los viticultores biodinámicos son, a menudo, excéntricos. Pierre Frick, por ejemplo, prescindió de los corchos –en favor del tapón metálico–, porque la explotación abusiva del alcornoque no responde a principios ecologistas.
En general, la biodinámica tiene altos costes de producción y un factor riesgo elevado, ya que la naturaleza ejerce un dominio absoluto. Dificultades al margen, todo sea por el buen beber.

En Chile, el 22 de Junio pasado justo cuando se inicia el Solticio de Invierno y a su vez el dia mas corto del año, se lanzo al mercado el primer Vino Biodinámico Chileno, de nombre “G” perteneciente a Viñedos Emiliana.
“G” cosecha 2003 es la primera producción de este vino cuyo creador es el gran enologo chileno Alvaro Espinoza. Es una partida limitada que se venderá en Chile, algunos países de Europa, Asia y Estados Unidos. Aquí en Chile se comercializará en tiendas especializadas y en algunos restaurantes. El precio retail en tiendas especializadas será de $48.500.- la botella.
Su nombre proviene de la raíz griega que significa “tierra”, y que hace alusión a su origen.
“G” nace ante la necesidad de crear un vino de máxima calidad, que respete los procesos de la naturaleza, sus ciclos, ritmos y equilibrios. La gran calidad, unicidad y personalidad de este vino, surge de un profundo convencimiento por el cuidado y respeto por la tierra, elementos fundamentales del enfoque biodinámico que busca renovar la tierra para producir alimentos sanos, llenos de energía, vitalidad y profundamente nutritivos”, señalo Álvaro, quien se encuentra a la derecha de esta ultima foto.


 
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