Alvaro Espinoza enòlogo, emprendedor e innovador

Álvaro Espinoza marca tendencias. Mientras trabajaba para viña Carmen, fue el primero en atreverse a poner la palabra "carménère" en una etiqueta. Luego se la jugó por los vinos orgánicos en un tiempo en que muchos ni siquiera sabíamos de qué se trataba todo eso. Más tarde inaguró Antiyal, la primera bodega "garage" en Chile: puro músculo para un tinto de producción mínima pero de calidad máxima. Y ahora está con lo del biodinamismo, eso de andar preocupándose de las energías cósmicas y de cómo interfieren con los ciclos del viñedo.

En la primera versión del Wines of Chile Awards, ese concurso con los más emperifollados críticos ingleses que cataron en Santiago vinos chilenos, su tinto "Coyam" le ganó a todo el mundo y dejó al jurado alucinando.
Hoy Álvaro Espinoza es uno de los asesores enológicos más reputados de Chile, y un hippie que recién sobrepasa los cuarenta. Cuando puede, se arranca a surfear para botar tensiones. No es, digamos, el clásico ingeniero agrónomo-enólogo. Y no creo que le importe mucho.

¿Sus vinos? Los blancos no son su fuerte. Pero con los tintos hace maravillas, especialmente cuando le da por jugar con el syrah, el carménère y el cabernet sauvignon. Tiene polenta. Síganle la pista.

Fuente : Patricio Tapia ( Emol )